La imagen
corporativa es la imagen que el público tiene de una empresa, organización o
municipio. La imagen es la idea que se hace una persona de un objeto. Por esta
razón, una imagen produce los pensamientos y concepciones subjetivas en
relación con este objeto. Esta se expone mediante la identidad corporativa de
la cual el diseño forma parte. Esta no solo es función de lo que el diseño y
las formas graficas transmiten. Es sobre todo la conducta global de la empresa,
su cultura, sus productos, sus servicios, su calidad, su capacidad de conectar
con la gente, su capacidad de innovar, etc. Todo esto es lo que constituye la
imagen pública.
Lo que caracteriza
a la Imagen Corporativa es lo visual, lo icónico y lo simbólico. Los signos
icónicos y simbólicos son universales, hablan un solo idioma visual, que no es
necesario traducir y que todos entienden. Esto incide en las funciones
recordativas, estéticas y empáticas con el público. No hay que olvidar el
aspecto emocional en la comunicación identitaria. El diseño gráfico también
forma parte de la Imagen Corporativa, este sirve para darle originalidad, para
distinguir y vender la empresa.
En los comienzos
del diseño corporativo aparece Shaker, que manifestaban en sus muebles y
objetos un sistema colectivo de ideas, valores y normas. Este funcionalismo de
los siglos XVIII y XIX puede considerarse un ejemplo de identidad, se
transmitía la calidad estética, social y técnica de uso como cultura religiosa.
Esta “filosofía” sirvió de base del siglo XX y determino de forma indirecta el
diseño corporativo de las empresas actuales.
El arquitecto
Peter Behrens, entre 1907 y 1914 fue responsable en la AEG del nuevo diseño de
los productos, de las fábricas, de los espacios de exposición, de los medios de
publicidad, y de la marca comercial de la empresa. Proyectó edificios de
exposición, puestos de venta para los productos y viviendas para los
trabajadores. A él se remonta la noción de la cultura industrial, por la que se
entiende no solo la documentación de los objetos, sino sobre todo el
conocimiento de sus contextos vitales respectivos. Peter Behrens, sería hoy en
día un diseñador corporativo o incluso director de diseño.
El diseño
corporativo y la identidad corporativa como conceptos empresariales se
conocieron a través de la empresa Olivetti. La noción allí empleada de cultura
de empresa abarcaba sobre todo los servicios sociales que la entidad procuraba
a sus trabajadores.
En la República
Federal de Alemania tras la segunda guerra mundial, la empresa Braun fue la
primera en ocuparse de crear una imagen unitaria que comprendiera los campos
del diseño del producto, la comunicación visual y la arquitectura. Esta
concepción global de la imagen y la forma, es decir, la identidad pura en el
campo de la producción bidimensional y tridimensional de la empresa, se
subordinaba a la idea de “buen diseño”.
La empresa Lamy
también forma parte de esta tradición acuñando su imagen de empresa con medios
creativos reducidos de manera parecida a la Braun. La propia Lamy ve concretada
su aportación al diseño corporativo en cuatro criterios para los productos:
Aislamiento: los
productos deben crear su mercado, no ir tras de él.
Mejora de las
funciones y de las prestaciones: el diseño no solo debe hacer sus productos más
bellos, sino más inteligentes. Debe aumentar el valor de utilidad de los
productos, hacerlos de más fácil manejo y mejor adaptados ergonómicamente.
Señalización del
nivel de aspiración perseguido: el producto es portador de información y asume
el rol de emitir mensajes sobre sí mismo en el mercado.
Consecución de una
imagen: grupos de destino distintos conducen a variantes específicas de la
forma del producto. La modernidad, la funcionalidad y la sinceridad han de ser
características comunes a todos los productos. El producto es el mensaje en
definitiva y es el elemento más eficaz del conjunto de ideas que se quiere
transmitir.
En este contexto
las ideas de Lufthansa, Siemens, la empresa Wilkhahn, o la IBM que ha
estandarizado su imagen a nivel mundial desde hace más de treinta años, son
similares ejemplos de importancia de diseño corporativo.
Existen 4 puntos
cardinales que orientan hacia el futuro del Diseño y el Diseño del Futuro, la
era de la comunicación, la economía de la información, la cultura de servicio y
la sociedad del conocimiento
La empresa Erco de
Lüdenscheid está considerada como clásica en el sector de las estrategias de
identidad corporativa. Durante muchos años ha desarrollado una imagen
consecuente que concierne tanto a la producción de la empresa como a su
presentación visual. La filosofía de la empresa reza que no se trata de vender
lámparas sino de vender luz. Los materiales dominantes son el hormigón armado,
el acero y el aluminio cincado, todos ellos signos de la alta tecnología a la
que la empresa ya se había consagrado. El gerente Klaus-Jurgen Maack (1990) ve
en esta construcción, seguramente de un modo acertado, una inversión para la imagen
corporativa de la empresa.
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